Soy una ínfima parte de la inmensidad que me rodea; mi cuerpo de blanco nacar vaga eternamente entre las aguas, suspendido entre colores generosos. Aparecí un día sin saber cómo. A mi lado había muchas cómo yo. La arena que me rodeaba, la que fue mi cuna, era blanca, suave, casi etérea. Los rayos delSigue leyendo «Al mar»